Analizar
sociológicamente un tema como el lenguaje sexista, es con la intención de dar un “giro
discursivo”, -es asi como se conoce en las ciencias sociales-. En la actualidad se ha
convertido en un tema de investigación social interesante, ya que es una puerta
para analizar otros fenómenos sociales.
Para promover con la investigación
del cambio de lenguaje, primero he tenido que situar el objeto de análisis que
es el “Lenguaje”, ya que es una de las herramientas de impacto más utilizadas
para transmitir: mensajes, puntos de vista, requerimientos, derechos, pensamientos,
ideales, etc., convirtiéndose en una práctica irremplazable en los hábitos cotidianos.
Desde el punto de vista
del feminismo y su concepción sobre el lenguaje como
modelador del orden androcéntrico, así como las propuestas de la necesidad del
cambio de lenguaje son interesantes e irremplazables. Pero ya es hora de que estas propuestas se
pongan en acción, se posicionen socialmente para disolver la desigualdad y la discriminación.
La nueva sociedad
tiene el deber de crear nuevas maneras de comunicarse, de expresarse, porque
nadie tiene derecho de decidir cómo organizarse, o poner condiciones en su
humanidad e incluso en sus deberes y obligaciones. Esta generación posee tanta sabiduría,
fuerza, capacidad y voluntad para reformar las bases de la sociedad, donde predomine
el respeto, el reconocimiento a sus derechos y a sus diferencias.
Con toda la información que se tiene disponible, existe la posibilidad de que con un lenguaje diferente se logre
disminuir conflictos sociales y se pueda reorganizar la sociedad, pero en un
orden transformador de desdoblamiento del mundo, que incluya la participación, la
mediación, la diversidad, la integración y el compromiso social.