Tanto
el lenguaje como la escritura son habilidades y destrezas innatas de los seres
humanos, por consiguiente es una particularidad única –natural que utilizan para expresar sus esquemas percibidos
del mundo; sobre el cual posteriormente actúan o existen. Estas destrezas han ido
evolucionando conforme a las distintas dimensiones simbólicas en las que les ha
tocado sobrevivir.
El lenguaje ha sido utilizado por siglos como una
herramienta social que ha aportado en varias conquistas para la sociedad y en
especial se ha utilizado para garantizar la permanencia de la humanidad. Pero por
su mala selección en la construcción de normas de cumplimiento para lograr
uniformidad en las interrelaciones sociales y transmitir - difundir información cognitiva
patriarcal, se ha llegado a determinar que es una herramienta radical, ya que en su maniobra
ha prevalecido y fortalecido una matriz masculina.
En especial el lenguaje verbal, oral o hablado, es el que
más se utiliza en la cotidianidad, se reproduce inconscientemente – consciente y está arraigado profundamente en el
hábitus. Por este medio se enuncian sonidos - vocales – articulaciones lingüísticas
etc., que se van transformando en palabras, frases, oraciones, etc., a través
de las cuales la humanidad expresa la concepción del mundo en el que viven
(Ayala, Guerrero y Medina, 2005: 12).
Entonces, el lenguaje hablado al ser considerado exclusividad
de la humanidad con el que articulan la noción del mundo, se ha convertido en el
principal instrumento en la praxis, fundamentalmente se utiliza con fines informativos,
interpretativos, de difusión, emisión del conocimiento y los pensamientos de
las personas.
En este contexto, se evidencia
que la organización de la sociedad ha sido instituida desde el punto de vista
masculino, es decir, con un enfoque de lo masculino sobre lo femenino, así como
su entorno, sus roles y lo que le corresponda a cada sexo según sus
características naturales.
Esto conlleva que al estandarizar
las interrelaciones sociales desde la retórica machista, obliga directa e indirectamente al sujeto
social a reproducir y a aplicar procesos machistas naturalizados. Tales dinámicas “UNRIGHT” han forjado tensiones que se advierten en las construcciones
sociales, vinculando a la humanidad a vivir en una sociedad donde prevalece la violencia…
porque la discriminación, el uso de poder, la desigualdad, la descalificación,
la exclusión también es violencia.