lunes, 1 de junio de 2020

El lenguaje reprime


En el mundo existe mayor discriminación, violencia y desigualdad para unas poblaciones que para otras y esto se debe a que este sistema siendo el mejor garante del orden social, es regulador de los cuerpos y ha establecido modelos de poder, belleza, verdad y consumismo, para imitar.

Existen cuerpos diferentes con necesidades iguales, pero con el paso de los siglos se han inventado separar y crear un mundo para mujeres y un mundo para hombres, como si fueran humanidades distintas. Ambos géneros y diversidades necesitan los mismos recursos naturales y las mismas herramientas para poder sobrevivir, las diversidades y los géneros son complementarios y útiles para crear un mundo mejor.

El mundo de los hombres es el que ha tenido mayores beneficios, en cambio el mundo de las mujeres está mayoritariamente regulado y limitado con estrictas normas corporales y sociales;  es decir básicamente las han relegado de diferentes actividades sociales y las han relacionado entre la producción y la reproducción,  entre otras estrategias perversas que han sido naturalizadas.    

Desde hace muchos años atrás, a pesar de que las mujeres han sido invisibilizadas, han luchado por ser reconocidas incluso en desventaja, son quienes realizan aquellas funciones establecidas e incluso muchas otras más que NO les han designado, aportando y contribuyendo de manera grandiosa en la sociedad.

Ahora bien, a pesar de que el lenguaje ha sido utilizado por el androcentrismo para dejar atrás lo femenino y a pesar de tantas restricciones naturalizadas, el empoderamiento de las mujeres es admirable.  Por lo tanto no es la cantidad o el volumen de las palabras las que contribuyen al desarrollo humano, es el esfuerzo persistente.

Entonces es tiempo de reconocer la existencia de las mujeres en el lenguaje, es solo cuestión de aplicar una perspectiva contributiva, que significa garantizar una adecuada interrelación entre los géneros. No se trata de relegar al resto de la humanidad del lenguaje, se trata de que al nombrar en el lenguaje a toda la humanidad al mismo ritmo que las interrelaciones sociales, seguramente el impacto social será favorable, porque finalmente las mujeres estarán presentes para participar en todo momento, incluyendo en cargos de toma de decisión.