miércoles, 4 de marzo de 2020

UNA REFLEXIÓN SOCIOLÓGICA DE LA REALIDAD Y EL LENGUAJE


La realidad empieza a tomar forma para la humanidad, cuando construye, experimenta y pone en práctica sus vivencias individuales, tanto en las interacciones sociales como en la organización de la materia que tienen a mano, estas praxis inconscientemente van definiendo sus vidas, sin indagar primero ¿Por qué se deben adaptar y copiar diversas circunstancias que son establecidas como realidad?, la respuesta es simple: porque caso contrario no pasan a formar parte de la dinámica del sistema o de la lógica de un espacio.

Realidad es que la vida humana desarrolla su conciencia, aprendizaje y razonamiento en un mundo conformado por materia, hechos naturales, etc.; pero se debe tener presente que estos fenómenos ya fueron previamente clasificados, discriminados y jerarquizados por una sociedad predominantemente androcéntrica.

No es real, es que ese conjunto de fenómenos estructurados que son construidos por la humanidad y reproducidos por medio del lenguaje, se eleven a un estatus de realidad, porque definitivamente la coexistencia humana es influenciada. La conciencia, el razonamiento, el aprendizaje, las costumbres, los comportamientos y el lenguaje son productos sociales.

Se argumenta que la realidad es construida por cada actor social con sus diferentes estrategias, pueden ser verbales, gestuales, corporales.[1] Pero la realidad es que se ha forzado al principal instrumento que es utilizado por la humanidad “el lenguaje”, porque contribuye con la transmisión de conocimientos e ideas para naturalizar de manera visible o sutil la dominación, e incluso con presuposiciones positivas mantener un conocimiento uniforme, es decir consolidando las especificidades e identidades pre establecidas por el sistema patriarcal.[2]

Además es importante considerar que la problemática social surge al momento de comunicarse por medio del lenguaje ya que: “El lenguaje no sólo refleja y comunica los hábitos y valores de una determinada cultura sino que conforma y fija esos hábitos y valores.” (Facio y Frías, 2005: 27). Es decir los estereotipos de dominación se van naturalizando en el hábitus de las personas acorde a lo que han aprendido en el lapso de sus vidas y a los elementos culturales elegidos por la propia colectividad. [3]

Pero es importante destacar que la realidad de la dinámica social no está establecida por leyes naturales sobre las cuales no se tenga la posibilidad de intervenir o de accionar, por lo tanto se debe buscar herramientas o métodos que permitan alcanzar la posibilidad de reestructurar de alguna manera el lenguaje formal androcéntrico,  trasmisor de cultura, estereotipos, etc., y poder cambiar la realidad inequitativa a una realidad equitativa.[4]






[1] BARTHES, Roland (1990): “Elementos de Semiología”, en La Aventura Semiológica, Barcelona, Paidós Comunicaciones.
[2] CHILE Liliana, Tesis de grado de Sociología, El lenguaje hace la Diferencia, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador, 2016.
[3] Ibid
[4] Ibid