Opino que para disminuir la
violencia de género, la sociedad en general debe tener el interés común de
mitigar este impacto social negativo, ya que si no se involucran en reformar
esta problemática social histórica, las luchas continuarán siendo tenues.
En los debates de
consenso para disminuir la violencia, se torna relevante poner atención a las
propuestas innovadoras e incluso a todos aquellos argumentos, conceptos, herramientas,
metodologías, y otros que van surgiendo, ya que la historia nos ha demostrado
que los imaginarios, ideologías y tradiciones de las personas, se van acoplando
acorde a lo que van aprendiendo en las interacciones sociales.
Pero no hay que olvidar,
que todo planteamiento desarrollado genera contradicciones y divisiones en los diferentes
grupos sociales, ya que remoldearan y apoyaran lo que consideren acorde a sus ideologías
y a sus necesidades, e incluso harán lo posible por ocultar las verdaderas problemáticas
sociales y mantener el sistema sin grandes cambios, es decir, su plan será tener
vigente el androcentrismo.
Las investigaciones
empíricas nos demuestran que la violencia de género ha crecido a nivel mundial,
las estadísticas así lo señalan, y se observa que, lo que hasta ahora se ha construido en
beneficio de la sociedad, no ha logrado disminuir las brechas de violencia. Entonces, nuevamente viene
a la mente la pregunta repetitiva, que inventar o que hacer para lograr disminuir
estas brechas.
Entre las primeras
ideas que iluminan el optimismo para vencer esta problemática, es utilizar al
lenguaje verbal como una herramienta de intervención social, ya que las
personas en la cotidianidad, en primer lugar se valen de este para exteriorizar
sus puntos de vistas, sus ideales, etc. Indudablemente sirve para expresar y/o
comunicar individualmente o colectivamente
sus distintas creencias culturales, económicas, religiosas y políticas.
Es que ya es
tiempo de cambiar la historia de la humanidad, reconocer que la estrategia
de reconstruir y evolucionar el lenguaje no es tan utópica, simplemente porque las
prácticas sociales se reflejan por este medio. Además porque las relaciones entre
las personas serían más equitativas y consecuentemente las nuevas generaciones heredarían
dinámicas positivas.
Por lo tanto, es
necesario garantizar que en las interacciones sociales se articulen prácticas orientadas
a respetar las diferencias, y apoyar las
nuevas medidas que sean diseñadas con el propósito de eliminar las
desigualdades y las situaciones de discriminación.
Existen personas, grupos,
organizaciones e instituciones del estado que trabajan para garantizar los
derechos humanos en el Ecuador, es decir la lucha para mejorar las dinámicas sociales
está vigente, pero esto no significa que la violencia de género ha disminuido.
Quizás el problema sea porque estas entidades
tienen motivaciones funcionalistas, distintos intereses y transmiten sus ideales de diferentes maneras, -
sea cual sea las causas -, lo que sí es seguro, es que no han intentado convocarse
y unirse para definir de una vez por todas como eliminar la violencia de género.